24.5.06

enorme

como un perro corriendose la cola, ella se calló de todas las palabras. Golpeó una vez, con miedo, pero segura los nudillos...toc, toc... sobre la dura fibra del que tenía que abrir. Le abrío, la abrazó y la quiso...la besó largamente y la cuidó. Ella esperó la mañana, se levantó triste y se fué...no queriéndose ir, pero no la retuvieron, la respetaron...y ella que quería que la agarraran, que quería que no dependiera de ella el irse o el quedarse, ella que esperó que le sostuvieran la mano y le dijeran, que le preguntaran, que dulcemente la hicieran caer en su deseo, marearse, confundirse, perder por un momento la conciencia, el respeto, la lógica, la prudencia, la cordura...ella agarró su bolso y mirándolo a los ojos le dijo que lo quería y se fue...dejando us ganas abandonadas, su miedo la acompañó y la guió hasta el subte, el subte que la alejó de su deseo...